Historia de los Hot Dogs en Hermosillo
Por: Ignacio Lagarda Lagarda
El origen orígen de los hot dogs se remonta a mediados del siglo XIX, cuando los primeros migrantes alemanes llegaron a Estados Unidos y trajeron consigo no solo sus tradicionales salchichas tipo Frankfurt, una salchicha ahumada rica en especias, inspirada en los perros llamados dachshund, pequeños perros con cuerpo alargado.
Un carnicero llamado Charles Feltman, es quien se considera como el primer vendedor de hot dogs quien los vendía en uno carrito con un brasero adaptado a la medida para cocinar salchichas Frankfurt y una caja de metal para calentar el pan en su carrito, a la orilla de las playas de Coney Island cerca de Nueva York, desde 1867, las cuales montaba en un bollo alargado acompañadas de mayonesa, cátsup y mostaza. La misión del pan es la de proporcionar un punto de apoyo al hot dog y que pueda ser servida la salchicha sin la necesidad de emplear un plato.
Pronto el hor dog se convirtió en una comida callejera muy popular entre la clase media y los puestos ambulantes de los hot dogs se hicieron muy populares en los estadios de béisbol, donde los vendedores animaban a los clientes al grito de "llévese un perro salchicha caliente".
Fue el caricaturista Tad Dorgan, quien realizaba varios dibujos para el New York Evening Journal, el que les dio el nombre de hot dogs, cuando vió a un vendedor de esas salchichas calientes, durante un partido de béisbol.
Los hot dogs llegaron a Hermosillo en 1947, cuando el señor Cipriano P. “Nito” Lucero, quien había sido sargento en jefe de cocina en Nueva Guinea duante la Segunda Guerra Mundial, y su esposa Luz Celia Aja, establecieron un restaurante llamado Café Kiki en la esquina de las calles Matamoros y Sonora frente al Jardín Juárez, incluyendo en su menú antojitos norteamericanos como chili beans, sandwiches de jamón y queso amarillo, hamburguesas, leches malteadas y hot dogs.
Hasta entonces, en Hermosillo se vendían los “winiers” o salchichas, pero se comían en rebanaditas dentro del pan virginia.
Para poder vender los hot dogs el señor Lucero le pidió al señor Silvestre Munguía, entonces dueño de la panadería La Vencedora (después Los Tres Milagros), que le hiciera unos panes “como los virginia pero alargados”.
En la medida en que los hot dogs les fueron gustando a los hermosillenses y visitantes, se fueorn abriendo otros establecimientos donde los empezaron a vender aumentaron el número de las panaderías que fabricaban el pan para ese alimento.
El negocio de los esposos Lucero fue prosperando y a fines de 1955 se cambiaron a un local más amplio y nuevo en el recién estrenado edificio llamado Café Combate, al lado norte de la radiodifusora XEDM y del Cine Sonora.
En 1958 el Café Kiki se cambió muy lejos, en un edificio de su propiedad en la colonia Pitic, en la esquina de Carretera Internacional (hoy boulevar Eusebio Francisco Kino) y calle general Roman Yocupicio, al poniente de la gasolinera El Capitán. Hasta allá la sociedad hermosillense siguió asistiendo a este lugar a saborear los hot dogs, aprovechando el nuevo servicio de atención en los automóviles conocido como “drive in”.
El Café Kiki llegó a su fin el 13 de julio de 1968, 21 años después de su fundación, debido a una huelga de sus trabajadores. Eso influyó en el ánimo del señor Lucero quien falleció dos años después, el 22 de octubre de 1970, a los sesenta años, en Los Ángeles, California, a donde se había ido a comenzar de nuevo.
A partir de aquella fecha comenzaron a aparecer nuevos restaurantes donde se vendieron hot dogs. Entre los más conocidos estuvieron el Kon Tiki, La Ponderosa, los hot dogs Medina, el Happy Boys, el Manix, el Napys y el Japs, de todos ellos solo sobrevive la Ponderosa. Al mismo tiempo surgieron los carritos de hot dogs que los vendían el las esquinas de las calles.
Durante los años setenta, poco a poco se fueron asentando los expendedores de hot dogs en sus propios carritos “hatdogueros” móviles, frente a la Universidad de Sonora, sólo que ya no en su estilo original estadounidense, sino en una nueva modalidad que los ha hecho famosos dentro y fuera de la ciudad como hot dogs “estilo Hermosillo”.