Por: Marco Antonio Romero Juvera

 

Hermoso «Padre Celestial»

A quién agradezco por otro despertar.

 

Está mañana acaba de empezar

Y de rodillas comienzo a rezar.

 

Es muy bonito amanecer agradecido

Abrir los ojos y gritar que Cristo está conmigo.

 

Con mucha honra testificó lo vívido

Y es que hace tiempo yo me siento bendecido.

 

Por treinta años yo viví en el alcohol

Pero en Cristo encontré la salvación.

 

Yo me encontraba en un oscuro callejón

Y sin pensarla me brindaste tú perdón.

 

En ése día me encontraba mal herido

Y tú presencia aceleraba mis latidos.

 

De un moribundo y podrido corazón

Tú lo sanaste y devolviste mi pasión.

 

Y hoy en día aquí me encuentro redimido

Mi vida fluye cómo el agua de los ríos.

 

Por eso bailo, alabo y sonrio

Pues a la muerte Jesucristo a vencido.